El Ateneo de Valladolid reanuda el jueves su programa de actividades
Con la representación de la comedia de Víctor Ruiz Iriarte “Tengo un millón”
Superadas las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes, el Ateneo de Valladolid recupera su ritmo habitual de actividades que se reiniciará el próximo jueves, día 13 de enero, a las siete y media de la tarde y en el Centro Cívico “Bailarín Vicente Escudero”. Será el teatro quien inaugure el programa del año 2011 y, más concretamente, el Grupo “Sin techo”, de Mucientes, que dirige el actor y director Alfonso Conde.
Para esta especial ocasión, “Sin techo” ha recurrido a una obra del comediógrafo Víctor Ruiz Iriarte titulada “Tengo un millón” donde se presentan las vicisitudes de un matrimonio que sufre las consecuencias de encontrarse con un millón, dando rienda suelta a sus sueños e ilusiones de ser millonarios ante la presencia de variopintos personajes y padeciendo en todo momento por su propia inocencia. Esta comedia, que en su mensaje relativiza la importancia del dinero, es en realidad una tierna historia de amor. Y, sin duda, no deja de suponer un consuelo para quienes, habiendo depositado su confianza en los sorteos de Navidad y el Niño, comprenderán ahora de lo que se han salvado al no ser agraciados con el “gordo”…
El Grupo “Sin techo” de Mucientes se forma en 1999 por un grupo de personas apasionadas por el teatro que, a su buena dosis de entusiasmo, unían el problema de no contar con un local para ensayar… De ahí su nombre… El debut se produjo en Mucientes con motivo de la Semana Cultural con la representación de tres sainetes: “El premio de Nicanor”, “Los ricos” y “El zapatero filósofo”… Desde entonces, han atacado numerosas obras, siempre en clave de humor y comedia, mereciendo diversos premios en el Certamen de Teatro Anual de Fasa Renault.
“Tengo un millón”, de Víctor Ruiz Iriarte, es una auténtica creación de este grupo que mantendrá no solo la atención sino, también, la carcajada del público a lo largo de los 90 minutos que dura la representación.
Después de las pasadas fiestas, no podía esperar una reincorporación más simpática del Ateneo de Valladolid.